Hola yo soy Natalia Duque y soy profesora de yoga, de hatha yoga y también soy coach ontológico y hoy te quiero contar un poco acerca de lo que es la práctica de yoga y como tal, la palabra significa unión, entonces lo que hacemos es unir nuestro cuerpo, el alma, la mente y todo nuestro espíritu, con el universo y empezamos a buscar una vida mucho más armónica y mucho más holística, donde mi vida no está por retazos por todos lados, sino que la traigo en una sola y empiezo a caminar en conjunto con mi ser, con mi alma, con lo que más anhelo, por eso empezamos a tener mucha más claridad, tranquilidad, empezamos a relacionarnos de una manera mucho más tranquila con el mundo y entender la vida desde un espacio de proceso y de aprendizaje.
Esto es lo que hacemos cuando hacemos las posturas de yoga que se llaman asana son muy lindas a veces queremos llegar ya mismo a su resultado final como pararme de cabeza, sin embargo reconocer qué pasa en mi, cómo voy desafiando mis miedos, como mi cuerpo se va transformando, a través del proceso, me da muchas más posibilidades, para hacer eso parte de mi vida y darme cuenta que también puedo llevar a cabo procesos de aprendizaje, tranquilos, mucho más medidos, mucho más conscientes y no simplemente vivir todo el tiempo en la ansiedad de llegar a algo o de llegar a una meta.
Empiezo a escucharme mucho más en mi interior y no solamente hacia afuera donde tal vez lo que pasa es que empiezo a escuchar y atraer en algunos conceptos ideas que no tienen que ver conmigo o como reconozco que del afuera tomo. para traer mi mayor bienestar. para eso hacemos yoga.
A través de las respiraciones y de lo que llamamos pranayamas, bajamos las fluctuaciones de la mente, podemos entrar en espacios y en estados meditativos que lo que ayudan es como que aquí borren este disco duro que todo el tiempo está pensando, pensando, pensando y nos aclare el panorama nos permite traer más información, información nueva y desde ahí esa transformación que llamamos transformación del ser.
Qué es yoga… esto es desde mi experiencia:
La práctica de yoga no es sólo hacer posturas, y empiezo por aquí porque es la primera preocupación de las personas que se acercan a mí y quieren empezar a practicar «yo no soy tan flexible», «yo no tengo fuerza», «eso es para los flacos», etc, etc, etc.
¡Todo lo contrario, la práctica es para todos! si puedes respirar, puedes practicar yoga. Las posturas que hacemos durante una clase tienen como propósito mantener nuestro cuerpo sano al ponerlo en acción y estimular órganos y glándulas. A nivel energético, nos permiten mover energía por nuestro cuerpo para conectarnos con él y percibir que tenemos consciencia en cada una de nuestras células.
Por eso, lo importante cuando practicamos las posturas es RESPIRAR de manera consciente, escuchar nuestro cuerpo, dejar la mente en segundo plano (cooperando pero no guiando). Es de esa forma, conectándonos con nuestro cuerpo, que logramos transformarnos y crear posturas que nunca habíamos imaginado que podíamos hacer.
Al hacer yoga con un propósito de auto observación y crecimiento espiritual, prendes de casa pequeño paso que das. Es por eso que llegar a una postura requiere de todo un aprendizaje en el paso a paso. Cuando ponemos nuestra atención en llegar a un resultado (postura), estamos habitando el futuro y eso nos genera ansiedad. En estados de ansiedad, no podemos entrar en meditación, nos salimos de nuestro centro y se nos pierde el verdadero propósito de la practica de yoga que es el autoconocimiento del ser.
Yoga significa unión, es así como por medio de la práctica empezamos a integrar cuerpo, mente y espíritu, lo que hace que podamos vivir en armonía. El yoga nos mueve, nos limpia, nos energiza, nos calma, nos hace más perceptivos, compasivos, tranquilos y nos permite integrarnos y fluir en el momento presente.
El yoga es respiración, meditación, silencio, música, canto, arte, expresión, compasión, amor, tolerancia, respeto, disciplina, es darnos cuenta que somos parte de un todo.
La práctica contiene diferentes técnicas dentro de las cuales están las posturas, la respiración, el canto devocional, la relajación profunda (entre otras), que nos permiten entrar en estados meditativos. Por medio de la meditación se calma nuestra actividad mental y así encontramos poco a poco la integración con nuestro ser, nuestra verdadera naturaleza.